Antes de iniciar la Misa por la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre se dirigió a la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro y presidió la ceremonia de clausura del Año Jubilar.
En la oración que pronunció antes de cerrar la Puerta Santa, el Papa pidió a Dios que mire “con bondad la Iglesia recogida en oración en el fin del Año Jubilar”.
“Agradecidos por los dones de gracia recibidos y animados a dar testimonio con las palabra su las obrar, la ternura de tu amor misericordioso, cerramos la Puerta Santa”, dijo Francisco, exhortando a que “el Espíritu Santo santificador renueve nuestra esperanza en Cristo Salvador, puerta siempre abierta, a quien te busca con corazón sincero, única puerta que introduce en el reino que viene”.
A continuación, el Santo Padre se acercó orando en silencio a la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro y la cerró. Luego, durante algunos segundos más, permaneció frente a la puerta en oración.