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La voz del interior |
Soy cristiano, disfruto siéndolo, seguro qué no el mejor cristiano que debía ser, pero es un sentimiento que me lleva a la reflexión continúa y me ha hecho. ser capaz de seguir viviendo en las circunstancias que Jehová, tenía designadas para mi.
No estamos viviendo precisamente uno de los trechos del camino más destacados, donde sea fácil el considerar nuestra existencia y el por y para que de ella.
Estamos condenados a gastar nuestro tiempo, a una velocidad de vértigo, un sinfín de obligaciones nos empuja a la inmediatez, obrando sin la mas mínima valoración. Pero, debemos de parar un instante a pensar, si lo que estamos haciendo es lo adecuado, lo correcto, aportando nuestra participación en positivo, para todo lo que en conciencia suponga alguna razón que justifique nuestra vida.
Tengo la sensación de soledad, de encontrarme solo muchas veces, estando rodeado de personas, que son buena gente, pero que actúan basados en opiniones y razonamientos, de otros. Han perdido la capacidad de engendrar y vivir su propia realidad. No van mas allá. Lo que un dirigente, político, económico, social, cultural, religioso,..., ha manifestado. Su adagio se convierte en su guía, sin que se vea trasladar a cada uno de ellos su propia perspectiva, su opinión. Para mi esa falta de criterio propio, nos va convirtiendo cada día, paulatinamente, en una sociedad uniforme, aborregada, que terminara siguiendo a un pastor que les dominara con una miga de pan, para su provecho. En una palabra, si prevalece la voluntad de uno, dígase como se diga, significa la esclavitud de la humanidad.
El volver a las enseñanzas de Jesús directamente, sin intermediarios, esto lo digo por las Iglesias,ㅡlas cuales son una de las grandes iniciadoras del proceso anteriorㅡ prevaleciendo sus interés, por encima de los de la fe. La miseria humana las ha ido convirtiendo en ensalzadoras de liturgias , donde el sentimiento de la humanidad no existe, o por lo menos yo no lo veo. La labor de evangelización tampoco, y la sensación de grandeza y riqueza que traslada a la sociedad no parece la mas acertada para cumplir con el sentimiento mas profundo que debe caracterizar a un cristiano "el amor"
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Joaquín SantaClara |