Desgraciados
un fracaso, una pérdida,
un despido, un divorcio,
alguna vez, nos sentimos así.
En nuestro interior cavilamos,
nos rompemos la cabeza,
buscando razones al caso,
que tu ser al fin comprenda.
La desazón nos invade,
ocupa nuestro pensar,
los miedos, la inseguridad,
cuidado la depresión está al llegar.
Olvidemos lo perdido,
no era nuestro, si no está,
busquemos otro acuífero,
que agua limpia y clara dará.
Que es difícil, muy costoso,
lo tenemos que afrontar,
aprovechas lo aprendido,
que no te vuelva a pasar.
Reflexiona en positivo,
si no levántate y a caminar,
que la bestia que te hizo daño,
con creces las pagará.
Y cuando le encuentres,
un día, por casualidad,
no le mires, ignora,
rumiando se va a quedar.
